Matrimonio
wicca
La
expresión
que se
usa en
la
Wiccan
para el
matrimonio
es
Handfasting
(atadura
de
manos).
A
diferencia
de los
cristianos
y su
“hasta
que la
muerte
los
separe”
al
unirse
en
matrimonio,
los
Wiccanos
nos
casamos
bajo la
premisa
de:
“mientras
el amor
dure“.
Cuando
ya no
existe
amor
entre un
hombre y
una
mujer,
ellos
son
libres
de
seguir
su
camino.
Antiguamente
este
ritual
se
efectuaba
cada 7
años
para que
las
parejas
renovaran
sus
votos de
matrimonio,
actualmente
por
cuestiones
prácticas
sólo se
realiza
una vez,
aunque
se
pueden
renovar
votos si
la
pareja
así lo
desea.
El hecho
de que
nuestro
matrimonio
es hasta
que el
amor
dure,
puede
parecer
como un
juego,
pero no
lo es…
de hecho
las
parejas
antes de
querer
casarse
es
requisito
que el
sacerdote
o la
sacerdotisa
que los
unirá
tenga
una
entrevista
con
ambas
partes
para
“evaluar”
su deseo
de
casarse.
La unión
de dos
almas es
un
acontecimiento
bendito.
La unión
de dos
almas
que
invitan
a la
magia a
entrar
en sus
corazones
es
doblemente
bendita,
porque
pasan a
formar
parte de
una de
las
tradiciones
de
amor más
antiguas
y
sencillas.
Mucho
antes de
que la
legalidad
de una
unión
llegara
a ser
prácticamente
más
importante
que la
unión en
sí
misma,
la
celebración
ritual
de la
unión de
manos
fue una
práctica
habitual
y muy
querida
entre
los
antiguos
celtas
durante
varios
cientos
de años.
El
sencillo
y
romántico
ideal de
la unión
de manos
sigue
vivo en
la
actualidad
y muchos
paganos
y
Wiccanos
han
recurrido
a este
tipo de
unión
por sus
matices
sutiles,
naturales,
y su
cualidad
mágica.
Tanto si
la
ceremonia
es
oficiada
por un
sumo
sacerdote
o una
suma
sacerdotisa,
como si
simplemente
es un
momento
privado
que
comparte
la
pareja
con
algunos
amigos
íntimos,
la
tradición
de la
unión de
manos
continua
existiendo
actualmente
en la
comunidad
mágica,
para
bien o
para
mal,
para una
mayor o
una
menor
riqueza,
mientras
la
pareja
desee
compartir
el
camino
de la
vida y
el amor.
En
muchos
aspectos,
la unión
de manos
es como
cualquier
otra
boda
moderna.
Una
pareja
decide
prometerse
públicamente
amor y
fidelidad,
normalmente
teniendo
como
testigos
a amigos
y
familiares,
bajo la
guía de
un líder
respetado
de la
comunidad.
A
menudo,
la
pareja
intercambiará
símbolos
de amor:
normalmente
anillos,
cuya
forma
redonda
simboliza
el
círculo
intacto
del amor
que se
están
prometiendo,
sin
principio
ni fin.
Después
de
muchas
sonrisas,
lágrimas,
risas y
fotografías,
todos se
marchan
con
recuerdos
felices
del
acontecimiento. Sin
embargo,
aquí se
acaban
las
similitudes.
Uno de
los
beneficios
de la
unión de
manos es
que no
tiene
una
verdadera
estructura
y que
puede
adaptarse
para
incluir
una
variedad
de
ceremonias
distintas
que la
pareja
puede
elegir.
Se
utiliza
con
frecuencia
para las
uniones
de
parejas
del
mismo
sexo,
especialmente
cuando
no
pueden
tener
una
unión
legal de
este
tipo a
través
de la
Iglesia
o el
Gobierno. La
fecha de
la unión
de manos
es
significativa.
Muchas
parejas
eligen
casarse
en
Beltené,
en
sincronía
con la
unión
del Dios
y la
Diosa, y
cuando
la
fertilidad
de la
Tierra
está en
su punto
más
alto;
otras,
sin
embargo,
podrían
evitar
completamente
esta
época
por
respeto
a sus
creencias.
Algunas
parejas
pueden
planear
el
acontecimiento
de
acuerdo
con la
Luna
Creciente
o
Menguante,
y
algunas
deciden
unirse
cuando
la Luna
está
Llena o
Nueva,
prometiendo
un nuevo
comienzo
y un
amor
para
toda la
vida.
En
cuanto a
la
ceremonia
en sí
misma,
puede
celebrarse
de
innumerables
maneras,
en
innumerables
lugares.
Una de
las
alegrías
del
sistema
de
creencias
pagano o
Wiccano
es que
las
ceremonias
religiosas
no
tienen
que
estar
necesariamente
limitadas
a un
edificio.
La
Iglesia
pagana
es la
totalidad
de la
Tierra y
muchas
parejas
se unen
al aire
libre,
en
tranquilas
zonas
boscosas,
en
jardines
con
flores o
junto a
la
belleza
y el
misterio
del
océano.
Se cree
que
unirse
en un
cruce de
caminos
da buena
suerte,
pues la
unión de
los dos
caminos
simboliza
la unión
de los
dos
corazones
durante
la
ceremonia.
Las
parejas
pueden
vestirse
como
quieran.
Algunas
se
adornan
con
símbolos
mágicos,
coronándose
con la
señal
del Dios
y de la
Diosa.
Otras
visten
túnicas
especiales
que se
guardan
para
ceremonias
mágicas.
Otras
eligen
una ropa
sencilla,
eligiendo
la
comodidad
por
encima
de la
exhibición.
Aunque
el
blanco
es el
color
tradicional
para las
novias
de casi
todo el
mundo,
los
paganos
tienen
una
mayor
libertad
para
elegir
el color
de su
vestido
ceremonial.
Durante
la
ceremonia,
se
dibuja
un
círculo
que
abarca a
todo el
grupo de
la boda
dentro
de su
anillo
protector.
Puede
dibujarse
con una
varilla
y
visualizarse
en el
ojo de
la
mente,
como
durante
la
práctica
de la
magia, o
puede
hacerse
físicamente.
Los
círculos
de
rocas,
velas,
cristales
o
pétalos
de rosa
(una
elección
muy
popular)
también
son
apropiados,
dependiendo
del
lugar
donde se
celebre
el
acontecimiento.
Debería
haber
mucho
espacio
para que
los
invitados
puedan
moverse
con
libertad
y
sentirse
cómodos.
Se
encienden
velas y
se
colocan
en el
norte,
el sur,
el este
y el
oeste,
como es
tradicional
en todas
las
prácticas
de
magia, y
se
coloca
un altar
cerca
del
lugar en
el que
tendrá
lugar la
unión de
manos.
El altar
debería
estar
decorado
con los
artículos
necesarios
para la
ceremonia:
los
documentos
adecuados,
un
cáliz,
un lazo
o una
tela
para
atar las
manos y,
cerca,
una
escoba o
un
cepillo.
Una vez
que se
ha
trazado
el
círculo,
la
ceremonia
puede
comenzar.
Como era
tradición
hace
siglos,
cuando
la unión
de manos
era una
declaración
de
intenciones,
la
pareja
debe
anunciar
delante
de las
personas
ahí
reunidas
su deseo
de
formar
una
unión y
su
intención
de que
sus
manos
sean
unidas
en ese
momento.
Llegado
este
punto,
quienquiera
que esté
presidiendo
la
ceremonia
puede
preguntar
si
alguno
de los
presentes
se opone
a la
unión,
como se
hace en
las
bodas
modernas.
Los dos
miembros
de la
pareja
recitarán
sus
votos a
la otra
persona,
poniendo
énfasis,
por
supuesto,
en que
vienen a
esta
unión
“con un
amor
perfecto
y una
confianza
perfecta”
con la
finalidad
de ser
compañeros
de su
futuro
cónyuge.
A
continuación,
cada uno
de ellos
beberá
del
cáliz y
luego
ofrecerá
la
bebida a
su
pareja,
simbolizando
la forma
en que
cada uno
de los
esposos
calmará
y
alimentará
al otro.
Luego
viene el
amarre
de las
manos.
Algunas
costumbres
sugieren
que sólo
se unan
las
manos
derechas
y otras
que se
aten
únicamente
las
manos
izquierdas.
En
Alemania,
sin
embargo,
la unión
de manos
que se
llevaba
a cabo
con las
manos
izquierdas
no se
consideraba
válida,
sino que
era
únicamente
un
acuerdo
para que
la mujer
fuera
protegida
por el
hombre.
Es
importante
decidir
de qué
manera
elegirá
la
pareja
ser
atada.
La
mayoría
de
parejas
se ata
utilizando
ambas
manos
para
formar
un
antiguo
símbolo.
Mirándose
cara a
cara, la
pareja
une sus
manos
derechas
y luego
sus
manos
izquierdas,
formando
la
figura
de un
ocho, la
cual
representa
la
eternidad.
La cinta
o la
tela se
colocan
entonces
sobre
sus
manos, o
se ata
sin
apretar
alrededor
de las
muñecas,
uniéndolas.
La
pareja
puede
volver
un año y
un día
más
tarde
para que
le
vuelvan
a atar
el lazo,
esta vez
con un
nudo
apretado:
una
unión
que no
puede
romperse.
Entonces
la
pareja
es
declarado
marido y
mujer.
Al
final de
la
ceremonia,
después
de que
todos
los
documentos
adecuados
han sido
firmados,
se lleva
a cabo
la
tradición
de
saltar
sobre la
escoba.
Los
orígenes
de esto
tienen
varios
significados,
aunque
suelen
relacionarse
con la
historia
africana
y
afroamericana.
Saltar
sobre la
escoba
es dar
el salto
hacia el
matrimonio
y hacia
las
responsabilidades
que la
vida
matrimonial
conlleva.
Simboliza
el
esfuerzo
que uno
pone en
el
matrimonio.
La
escoba
barre el
pasado y
despeja
el
camino
para el
futuro.
Por
encima
de todo,
la
ceremonia
de unión
de manos
no
debería
tomarse
a la
ligera.
No
debería
verse
como una
unión
con una
“cláusula
de
escape”
cómoda
si las
cosas no
funcionan.
La
pareja
sólo
debería
estar
dispuesta
a unirse
bajo
estas
condiciones
si
realmente
desea un
compromiso
real y
duradero,
según
las
tradiciones
antiguas.
La unión
de
manos,
con toda
su
simplicidad,
es una
promesa
real y
reconocible
entre
dos
personas
que atan
sus
manos,
sus
corazones
y sus
vidas
como si
fueran
una sola
persona.
Como
las
alianzas,
la unión
de manos
en forma
de ocho
y los
nudos
del lazo
de
matrimonio,
el amor
verdadero
no tiene
principio
ni fin,
y no
puede
deshacerse.
Incluso
si los
únicos
asistentes
son la
Diosa y
el Dios,
las
promesas
realizadas
durante
una
unión de
manos
siguen
vigentes
durante
toda la
vida y
pasan a
la
siguiente:
durando
eternamente,
eternamente
fieles,
eternamente
unidos
en el
amor.
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