  
El
dragón
de la
mitología
gallega
La Coca
de
Redondela
es lo
más
parecido
a un
dragón
que
tenemos
en la
mitología
gallega.
Se trata
de un
animal
monstruoso
con un
cuerpo
gigantesco,
dos
enormes
alas
como las
de los
murciélagos
y cola
de
serpiente.
Sus
extremidades
acaban
en
peligrosas
garras y
sus
fauces
están
pobladas
de
innumerables
colmillos
no menos
terribles.
Que
Galicia
es
tierra
de
leyendas
es de
sobra
conocido.
Muchas
se han
ido
perdiendo
con el
paso de
los
años,
mientras
que
otras se
conservan
no sólo
en el
recuerdo,
sino
completamente
vivas en
la
memoria
colectiva
del
pueblo.
La
figura y
la
leyenda
de la
Coca de
Redondela
se
cuenta
entre
las
mejor
guardadas,
documentadas
y, desde
luego,
mantenida
viva por
las
gentes.
Según el
Diccionario
de los
seres
míticos
gallegos,
la coca
de
Redondela
es un
ser
monstruoso
con el
cuerpo
muy
parecido
a un
dragón y
la cola
de una
serpiente.
Le nacen
de la
espalda
dos alas
grandísimas,
en todo
parecidas
a las de
los
murciélagos.
Tiene
cuatro
patas
armadas
de
fuertes
garras y
en su
feroz
faz
alumbran
unos
ojos
terribles
sobre
una boca
de
aguzada
dentadura.
Es una
criatura
del
elemento
acuático:
solo
vive en
los
mares y
en los
ríos.
Esta
leyenda
nos
cuenta
que la
Coca
surgió
de las
aguas
del mar
y atacó
a la
población
de
Redondela,
en
Pontevedra,
devorando
a dos
doncellas
que
paseaban
por la
playa.
Es un
fragmento
de
nuestro
folclorore
muy
conocido
y está
muy
vivo,
por lo
que es
recogido
de
diferentes
formas.
Además,
todos
los
años,
esta
historia
es
representada
en la
fiesta
que
homenajea
a este
importante
ser de
nuestro
folclore.
Sin
embargo,
como me
parece
importante
plasmar
una de
ellas,
os
traigo
la
versión
que sale
en A
flor da
auga.
La Coca
fue
primero
una
doncella
que
lloraba
por unos
amores
desgraciados.
De tanto
llorar,
casi no
se da
cuenta
de que
le
habían
salido
alas.
Intentó
volar,
pero no
pudo
porque,
al mismo
tiempo,
le había
salido
una
larga
cola.
Sus
labios
se
transformaron
en una
horrible
boca de
reptil y
sus
lágrimas
formaron
el río
Alvedosa,
que
terminó
por
arrastrarla
al mar.
Ya
convertida
en
serpiente,
se
presentó
un día,
de
repente,
en
Redondela.
Surgió
de las
olas del
mar, que
estaba
enfurecido
y, en un
veloz
ataque,
devoró a
dos
jovencitas
que
jugaban
en la
plaza de
la
villa.
Repitió
muchas
veces su
ataque,
llevándose
siempre
a las
jóvenes
más
hermosas.
Los
vecinos
de
Redondela
hicieron
una
asamblea
y
escogieron
a los
veinticuatro
hombres
más
fuertes
y
valientes,
dándoles
la
misión
de
atacar a
la
bestia
durante
su
próxima
aparición.
La
campana
de la
iglesia
dió el
aviso de
la
llegada
del
monstruo
y los
veinticuatro
elegidos
lo
acosaron,
dándole
muerte
con sus
espadas.
Se formó
en
seguida
una gran
procesión
alrededor
del
cadáver
de la
bestia y
los
vencedores
empezaron
a
bailar.
Las
mozas
siguieron
el
baile,
llevando
en sus
hombros
a las
niñas
más
pequeñas,
y
bailando
con
ellas en
alto.
Ese es
el
orígen
de la
danza de
las
espadas
y de del
baile de
las
penlas,
con los
que
anualmente
se
celebra
la
muerte
de la
Coca,
desde
tiempos
muy
remotos.
A flor
da agua.
Xosé
Miranda
e
Antonio
Reigosa.
Esta
bella
leyenda
unifica
las dos
leyendas
que hay
sobre la
Coca:
La
del
monstruo
que
ataca
Redondela
y la de
la
transformación
de la
doncella.
No es
algo
extraordinario.
Todo el
folclore
gallego
está
lleno de
muchachas
que se
transforman
en
culebras.
Desde el
día de
la
derrota
del
monstruo,
se
celebra
en
Redondela
la
«Fiesta
de la
coca»,
en la
que se
baila la
vistosa
Danza de
las
Espadas,
para
celebrar
y
rememorar
la
hazaña.
Junto a
ellos
bailan
las
penlas,
niñas
vestidas
de
blanco
con
pequeñas
alas que
representan
a las
jóvenes
vírgenes,
a
hombros
de las
burras,
mujeres
que
simbolizan
a sus
mayores.
La
fiesta,
las
alfombras
florales
y la
escenificación
de la
muerte
de la
coca de
Redondela
atraen a
miles de
personas
a esta
localidad,
para
participar
en una
fiesta
que se
prolonga
durante
cuatro
días.
Sólo la
cabeza
de la
magnífica
recreación
de la
coca,
que
desfila
por las
calles
de
Redondela,
se
conserva
tal y
como
aparecía
en las
fotografías
de los
años 20.
La
figura
de la
criatura
ha sido
sometida
a varias
restauraciones
a lo
largo de
los
siglos.
Respecto
a las
alfombras,
se tiene
constancia
de la
costumbre
de
alfombrar
las
calles
al paso
de la
procesión
desde el
siglo
XVI. De
las
alfombras
florales,
por otro
lado,
sólo hay
noticia
a partir
de 1950.
Parece
ser que
al
principio
solo
era.
espadañas
y flores
esparcidas
por las
calles.
Su
diseño
artístico
surge a
partir
de 1965.
Los
inicios
de la
fiesta
se
remontan
a 1482.
El
Ayuntamiento
de
Redondela
y los
gremios
aportaban
imágenes
a la
procesión,
pero
también
danzas y
otras
representaciones.
La que
terminaría
perviviendo
en el
tiempo
sería la
lucha de
san
Jorge
con el
dragón,
la coca.
En
Monçao,
al otro
lado del
río Miño,
también
se
celebra.
La
diferencia
wntre
Galicia
y
Portugal
es que
en el
país
vecino
se
mantiene
la
figura
de san
Jorge,
que
sigue
siendo
quien se
enfrenta
y vence
al
monstruo.
Las
primeras
noticias
sobre la
Danza de
las
Espadas
de
Redondela
datan
del
siglo
XVI.
Adaptación:
Marian
Viernes
25 de
Abril
del 2025
Diseñada
el día 13 /09/ 2015, rediseñada el 24/04/2025
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