Festejos
Celtas
Los
días
especialmente
significativos
para un
pueblo
dicen
mucho de
él. El
1° de SAMONIS,
que
significa
“reunión”,
y es el
equivalente
a
nuestro
primero
de
noviembre,
los
celtas
iniciaban
el año.
La
llegada
del
cristianismo
lo
transformó
en el
día de
Todos
los
Santos
(y todos
los
Difuntos).
SAMONIS
se hizo
samuin o
SAMAIN
en
irlandés
antiguo,
y
samhain
[sâuñ]
en el
moderno.
Ese día,
además,
se
celebraba
el
encuentro
amoroso,
a
orillas
de un
río, de
Morirîganî
con
Teutatis,
el Dios
de la
Tribu,
padre de
los
hombres
y señor
del
mundo
inferior.
Ella era
la diosa
única
céltica,
en su
aspecto
de
señora
del
mundo
inferior
y de la
guerra,
“la
Reina de
espectros”.
La
versión
de esa
pareja
para los
irlandeses
eran
Morirían
y Dagda;
en las
Galias
(Francia)
se
llamaban
Sucellos
y
Herecura;
y en
Hispania,
Endovellicos
y
Ataicina.
La cita
amorosa
tenía
una
consecuencia
importante,
pues la
diosa le
proporcionaba
a su
amado
los
secretos
para
salir
victorioso
en la
próxima
batalla
mítica.
Para el
folklore,
Hallowe’en,
recuerda
que es,
en el
hemisferio
norte,
el
comienzo
del año
oscuro.
Los
celtas,
como
otros
pueblos
antiguos,
empezaban
los
ciclos
temporales
por la
mitad
oscura:
la
jornada
tenía su
inicio
con la
caída
del sol
y el año
con el
principio
del
invierno
(boreal).Un
punto de
vista
interesante
para
tener en
cuenta
es que
este
festival
se
asociaba
con el
aire.
Agua,
fuego,
tierra y
aire no
eran
solo los
elementos
fundamentales
de los
griegos
presocráticos,
sino que
como
categorías
de
aprehensión
de la
realidad
fueron
de todos
los
indoeuropeos
y
también
de
muchas
otras
culturas.
Las
otras
festividades
celtas
eran:
Ambiwolkà
(“circumpurificacion”),
hacia el
primero
de
febrero,
correspondía
al agua.
Belotenià
(“fuego
brillante”),
que
giraba
en torno
de los
fuegos
de
primavera,
el 1° de
mayo,
una
fiesta
aún
celebrada
el siglo
pasado
por los
campesinos
de
Europa
como la
fiesta
de los
Mayos y
hoy
curiosamente
reciclada
en el
día del
Trabajo.
Lugunàstadà
(“matrimonio
de Lugus”)
era la
celebración
del
matrimonio
sagrado
del
dios-rey
Lugus
con la
Tierra
el 1° de
agosto.
SAMONIS
tenía
que ver
con el
aire, es
decir,
con los
espíritus.