Cernunnos,
o
Cerunnos el Dios
de los
cuernos
Cernunnos,
“el de
los
Cuernos
Sagrados”,
personifica
el
estrecho
vínculo
entre
los
celtas y
el mundo
natural.
Es un
ser
mitad
hombre y
mitad
bestia,
la que
se le
suele
representar
sentado
con las
piernas
cruzadas.
Tiene
pezuñas
en vez
de pies
y de la
cabeza
le brota
un par
de
cuernos
que
simbolizan
el ciclo
eterno
de la
regeneración.
A veces
aparece
con oro
saliéndole
de las
manos, o
agarrando
una
serpiente,
especie
que hace
referencia
al ciclo
de la
renovación.
Lleva
dos
torques
especiales,
adorno
que
denota
poder y
clase
social
en la
sociedad
celta.
Cernunnos
es el
dios de
los
animales
salvajes
o
domesticados
y el
señor
supremo
de la
naturaleza.
Dios
galo en
el que
predominan
las
ideas de
regeneración
y
prosperidad
entre
los
hombres.
Uno de
los
dioses
más
representados
en la
iconografía
celta y
de los
menos
contaminados
por la
conquista
romana.
Su
representación
más
frecuente
es la de
una
figura
imponente
con su
frente
provista
de una
gran
cornamenta
de
ciervo.
Siempre
ha sido
asociado
con
animales
como los
osos o
los
lobos,
imágenes
de la
fuerza,
y que,
en
ocasiones,
aparecía
con una
serpiente
tocada
con
cuernos
de
ciervo,
como
símbolo
de la
fertilidad
y la
regeneración.
En otras
ocasiones
aparece
sentado
en el
suelo
con las
piernas
cruzadas,
pero
siempre
tocado
con un
formidable
par de
cuernos,
de hecho
este
dios
también
era
conocido
como el
Cornudo.
Otra
atribución
de este
dios era
su
asociación
con la
noche y
la
muerte.
Aparecía
con sus
atributos
característicos,
los
cuernos,
que
simbolizan
las
fases de
la luna.
Frecuentemente
aparece
acompañado
por sus
hijos:
Teutatis,
Esus y
Taranis.
Para la
tradición
celta
del
mundo
irlandés,
Cerunnos
perecería
a manos
de su
nieto,
el dios
de la
Muerte;
moriría
gracias
al dios
del
Crepúsculo,
pero, en
realidad,
no
desaparecía
sino que
continuaba
vivo con
un
nombre
diferente.
Sin
embargo,
para el
mundo
galo el
dios del
Crepúsculo
no
acababa
con
Cerunnos,
sino con
la
serpiente
que éste
siempre
portaba,
siendo
el dios
de la
Muerte
generoso
con sus
seguidores
a cambio
de
víctimas
propiciatorias
en
sacrificios
humanos.
Los
galos
tenían
gran
devoción
por este
dios,
utilizaban
la noche
y no el
día como
modo de
calcular
el
tiempo y
las
fechas
de
nacimiento,
ya que
la noche
precedía
al día.
Así
también
los
dioses
de la
Muerte y
de la
Noche
precedieron
a los de
la Luz,
el Sol y
la Vida.